De regreso en el hotel, las noticias de una nueva devaluación argentina (sumado al mencionado cepo) me hacían replantear la utilización de la divisa estadounidense adquirida por cortesía del “dólar turista” de la AFIP.
Es cierto que quizás lo mejor durante las vacaciones sea desconectarse totalmente, pero en mi caso no puedo evitarlo y me gusta saber qué está pasando en casa e incluso tratar de actuar en consecuencia, como en este caso, si la ocasión lo amerita.
Fue así como esa noche fuimos a comer un restaurant llamado Pizza Andina listos para darle un bueno uso a la tarjeta de crédito y salvaguardar el papel moneda. Muy a contramano de su nombre, aquel restaurant puneño me sorprendió con una delicatesen regional en su menú: el cuy chactado, el cual ordené sin dudarlo.
Para ponerlos en sintonía, el cuy es un roedor similar al conejillo de indias que se sirve como plato típico por aquellos lares. Con el animalito asado frente a mí, intenté fútilmente desmenuzarlo con los cubiertos.
Al observar tal falta de pericia, el mismo camarero que me lo había traído se acercó muy amablemente y me dijo sin rodeos: “Acá lo comemos con la mano”. “Menos mal!!!” dije yo y, ante la horrorizada mirada de mi novia, le hinqué el diente a tan exótico y caprichoso manjar el cual me dejó con la panza llena y el corazón contento.