Típico día de paseo suizo

Típico día de paseo suizo

30 junio, 2021 0 By Manu

Antes de seguir adelante te recomiendo leer el post anterior Un viaje de hermanos

El calendario decía que el sábado 14 de julio sería la última fecha del Festival de Jazz de Montreux del 2018 y, estando a una hora en tren, no nos lo íbamos a perder. Con una estadía de menos de 24 horas en Ginebra encima, nos subimos a las vías gatillando un pasaje tan caro como solo los suizos saben cobrar y hacia allí partimos.

El festival en cuestión tenía como efecto secundario una escasez casi total en la disponibilidad de alojamientos en dicha ciudad, al menos para los precios que manejábamos. No nos quedó más alternativa que reservar hotel en la vecina ciudad de Vevey, a 25 minutos de bondi y ubicada sobre el lago Lemán.

Dato de color: Vevey fue la ciudad elegida por Charles Chaplin para radicarse luego de ser señalado como comunista por los EE.UU. Finalmente fallecería en este mismo lugar en la navidad del año 1977.

Chaplin
Un ilustre habitante de Vevey

El hospedaje elegido para la ocasión fue el Hotel Astra emplazado a una cuadra de nuestro descenso del tren. Si bien sus 4 estrellas podrían habernos hecho recular en cuanto a lo oneroso de su contratación, estábamos seguros de que aquella iba a ser la única noche en Montreux y al festival íbamos a ir como sea.

Desde ya que la habitación era increíble, con un balconcito, un baño impecable y lugar de sobra considerando las necesarias tres camas singles. Luego de la distribución correspondiente de espacios y el acomodamiento de nuestras pertenencias, estábamos listos para patear por la ciudad. El agotamiento acumulado por los vuelos de un par de días atrás era ya cosa del pasado y nuestra energía estaba a pleno.

Saliendo del hotel
Saliendo del hotel para conocer la ciudad

Lo primero que hicimos fue bajar por la Avenue Paul-Cérésole hacia el lago donde encontramos un importante mercado con aires de feria de pueblo. Nuestro objetivo en aquella primera incursión no era salir de compras por lo que obviamos las “ofertas” de los puestitos dispuestos cual tiendas de campaña y llegamos a la costa del lago.

El tono cristalino de este inmenso espejo de agua compartido por Francia y Suiza solo podía jactarse de ser la responsable de la mitad de tan hermoso paisaje. La otra mitad era aportada por los solemnes Alpes acaecidos bajo el horizonte francés sobre la orilla opuesta.

Los botecitos a pedal, los cisnes navegando y algunos aventureros haciendo paddle board bajo el diáfano cielo reforzaban mi preconcepto sobre la perfección suiza. Las callecitas empedradas inmiscuidas entre pintorescas construcciones de no más de 3 pisos y la gente aprovechando el sol para pasear por el mercado destilaban confort.

Lago Leman
Camino hacia el lago
Lago Leman
El hermosísimo lago Leman

Pero tanta idealidad tiene un precio y nosotros lo experimentamos al buscar un lugar para comer. Advertidos por nuestra fugaz experiencia ginebrina, sabíamos que Montreux (o Vevey en este caso) difícilmente sería la excepción… y no lo fue. Suiza es caro, muy caro.

Tan así fue que debimos recluirnos en un Subway cerca del hotel para engullir el sándwich más barato disponible. Si bien no estábamos súper ajustados con los números, lo cierto es que recién transitábamos nuestro segundo día en Europa.

Me refiero a que estos exorbitantes precios hacían difícil cualquier planificación de presupuesto futura para el resto del viaje por lo que había que moderarse y vigilar el billete.

Mercado en Vevey
Mercadito al aire libre
Calle en Vevey
Esas callecitas...
Calle en Vevey
...tienen un no se qué

Luego del “nutritivo” almuerzo, regresamos a la zona costera para explorar un poco más a fondo la parte más vibrante de la ciudad. Tras bajar por otra callecita tan perfecta como cualquiera, vimos un tenedor gigante clavado en el lecho lacustre.

Al voltear la mirada notamos que el  enorme cubierto era una obra de arte que formaba parte del museo Alimentarium dedicado exclusivamente a los alimentos.

Como no teníamos mucho tiempo para pasear por Vevey, solo atiné a pasar por el gift shop a por unos lápices para mi mamá. Por cierto, me resultó curioso encontrar un museo abocado a los hábitos alimentarios y la nutrición en la misma ciudad donde la multinacional Nestlé tiene su sede.

Tenedor
Tenedor gigante para saborear el lago

Apenas pasado el mediodía, la cerveza y el vino brotaban con mayor frecuencia de las manos de los suizos; el clima festivo iba in crescendo. Una música muy animada nos atrajo hacia una plazoleta donde un grupo de la tercera edad ataviado con vestimentas típicas practicaba una danza tradicional al son del acordeón.

A pocos metros de allí estaba La Grenette, una galería de estilo clásico rodeada por columnas de mármol negro en la que actualmente funciona un mercado cubierto. Sin embargo, en esta ocasión el recinto estaba siendo utilizado como sala de conciertos.

Una verdadera orquesta con vientos, cuerdas, percusión y la presencia estelar de mi amado y trinitense steel pan ofrecían un deleite para los oídos del transeúnte.

El día en Vevey se prestaba ideal para desmenuzarlo entre música, bebida y paisaje pero nuestro objetivo en Montreux era claro e inmutable. Y hacía allí partimos…

Steelpan
Mi viejo amor el steel pan

No te pierdas como sigue este viaje en el siguiente post Música por Montreux

Logo