Durante un recreo fotográfico, observamos cómo el creciente número de colegas turistas comenzaba a levantar la mirada en dirección a la torre del reloj. Los minutos pasaban y la gente no se movía de su lugar, siempre con la vista clavada como agujas en la torre.
Como para no quedar al margen, nos acoplamos al comportamiento colectivo sospechando el porqué de tanta expectativa.
A las 12 en punto, comenzaron a sonar las campanas centenarias de la torre y en los dos balcones de la torre dio inicio un espectáculo cinemático de personajes representativos de la historia y costumbres de Múnich.
Las figuras de caballeros, bufones, músicos, bailarines y portaestandartes mecánicos se asomaron coloridos al ritmo de las campanadas yendo de derecha a izquierda y viceversa. Supongo que el interior de aquella torre debe ser bastante espacioso porque habremos visto más de 20 figuras distintas asomarse para la multitud.
Si bien en un principio me resultó una exhibición bastante vistosa, luego de casi 10 minutos con la cabeza en alto las cervicales empezaron a acusar recibo. Y por si eso fuera poco, toda la intensidad del picante sol muniqués sobre nuestras molleras ya jugaba un papel considerable.
Me había olvidado de lo tremenda que estaba por dentro la Iglesia San Miguel. TERRIBLE! jajaj lo de las fotos, posta, ante tanta belleza como no gatillar constantemente con la cámara! Gran relato bro!
PD: que decir de las sesiones de hipnosis que… hay que repetir en otra ciudad jaja
Ya habrá más sesiones de hipnosis… Tengo que hablarlo con mi agente