Concluidas las compras, era hora de ocuparse de nuestro almuerzo y para ello enfilamos hacia el cercano Naschmarkt, el mercado callejero más popular de Viena. Flanqueado por la calle Wienzeile a diestra y unas vías de tren a siniestra, el Naschmarkt ofrece sus infinitos productos desde el siglo XVI.
Frutas, verduras, chocolates, café, especias, carnes vacunas, pescados, vinos, quesos y fiambres de todas formas y colores son apenas una pizca de todo lo que allí se puede encontrar.
Y no vayan a creer que por ser un mercado callejero los puestos eran improvisados. Todo lo contrario, cada local del mercado estaba dispuesto como si uno entrara a un shopping con mercadería de primera.