Debo reconocer que mis deseos de descansar la primera noche se vieron frustrados pero no por algún ruido indeseable o por incomodidad de la cama, nada de eso. Era tal la magnitud de mi jet lag que a las 3 de la mañana estaba en la cama mirando el techo con los ojos abiertos como una lechuza.
Imagínense que en mi cabeza eran las 3 de la tarde y si bien el cansancio era evidente, el sueño parecía circular por otros carriles. Batallando contra mi ritmo circadiano pude forzar una hora más de sueño pero a las 7 de la mañana no tuve más remedio que levantarme.
Mi novia también tuvo su correspondiente cuota de jet lag. Sin embargo, el extremo cansancio al que se vio sometida ganó la batalla y, afortunadamente, pudo dormir mejor que yo.
El caso es que a las 8 ya estábamos los dos sentados en la minúscula habitación dedicada al desayuno. La misma se encontraba perfectamente equipada con una heladera, cafetera, mermeladitas, mantequitas, dispenser de cereales, pan, leche y unas Zucaritas en coreano que fueron mi elección esa mañana.
Interesantísimo viaje a un pais tan diferente al nuestro. Me encantó la arquitectura y el colorido. Gracias Manu por esta entrega
Es realmente muy interesante. Uno de los lugares al que definitivamente voy a volver.
Saludos!!
Buenísimo Manu, me encantaría ir al Lejano Oriente! Corea parece un país fascinante.
Es un mundo aparte, te vuela la cabeza.
Gracias Pibe! Abrazo!
Estoy embobado leyendo todos los detalles de este viaje. Quizás porque la cultura oriental es tan diferente a la nuestra es lo que nos lo hace más atractivo. Aplausos para las fotos y videos que ilustran este destino!
Gracias Eze!
Allá es bastante diferente, y eso que Seúl está bastante occidentalizado. Lo que debe ser el resto…
Abrazo!